domingo, 12 de septiembre de 2010

La policía halla en El Salvador más de 14 millones en barriles ocultos

J. J. DALTON (EL PAÍS)
San Salvador - 12/09/2010
La policía salvadoreña confirmó ayer el hallazgo de un nuevo barril enterrado en una vivienda deshabitada al occidente de la capital, en cuyo interior se escondían más de 4,2 millones de dólares (3 millones de euros), dinero procedente del narcotráfico. El fin de semana pasado, los agentes encontraron otros dos barriles con 10,2 millones (7,8 millones de euros) en una finca rural en el departamento de La Paz. En total, 11 millones de euros en una semana.
"Los billetes eran todos de 100 dólares, mezclados entre nuevos y viejos, pero ninguno resultó falso", dijo el jefe de Investigaciones de la Policía Nacional Civil, el comisionado Augusto Howard Cotto.
Los hallazgos han impresionado a la sociedad salvadoreña y han afilado el sentido del humor. La gente cuenta que todo el mundo está escarbando en los patios de su casa a ver si por casualidad encuentran algo, aunque sea una tinaja con dinero.
Desde el fin de la semana pasada hasta la fecha la policía ha localizado más de 14.4 millones de dólares en barriles enterrados en lugares deshabitados. Según algunos expertos, los barriles encontrados proceden de carteles guatemaltecos que utilizan fincas abandonadas de El Salvador como escondite para almacenar dinero y poder disponer de él en sus desplazamientos por Centroamérica.

jueves, 9 de septiembre de 2010

La "rebelión de las maras" paraliza el transporte público en El Salvador

POR JUAN JOSÉ DALTON (EL PAIS)
San Salvador - 09/09/2010
La capital de El Salvador, este pequeño país centroamericano, amaneció durante los dos últimos días con un inmenso caos, especialmente en lo que al transporte terrestre y al cierre de comercios se refiere: las llamadas maras La 18 y la Salvatrucha amenazaron con quemar autobuses y negocios que presten servicios.
La medida de los mareros recuerda los días de la recién pasada guerra civil (1980-1992) cuando las guerrillas ordenaban paros del transporte y del comercio con el fin de sabotear "la economía enemiga".
Previo a la entrada en vigor del paro marero, el lunes por la noche, en la barriada popular de Ilopango -de fuerte dominio de las pandillas-, los delincuentes incendiaron un autobús para advertir que su intención de actuar iba en serio. El martes, quemaron otro autobús y un mototaxi; otra unidad del transporte fue tiroteada, pero no hubo muertos.
Mientras, se informa de que, en nueve de los 21 centros penales nacionales, los reos miembros de pandillas se encuentran en estado de rebeldía, es decir, que se niegan a entrar en sus celdas. En la cárcel de Ciudad Barrios, en la provincia oriental de San Miguel, se han producido algunos disturbios con un saldo de seis presos y un agente de la seguridad heridos.
Se sabe que las pandillas, sobre todo la Mara 18 y la Mara Salvatrucha, han respondido de esa manera a la aprobación la semana pasada por el Congreso legislativo de una ley que proscribe y penaliza duramente a los grupos ilegales, como pandillas y maras. La ley igualmente endurece las penas contra aquellos que cooperen con las pandillas, sea económica o logísticamente.
El martes y el miércoles, las unidades del transporte urbano en San Salvador se paralizaron parcialmente. "Hoy paré mis unidades", cuenta el dueño de cuatro autobuses de la ruta 42B, que hace su recorrido desde el centro de San Salvador hacia la colonia Merliot, en la periferia capitalina. "Claro que tengo miedo que me quemen mis buses, son mi medio de vida", aclaró el pequeño empresario, quien, junto a sus empleados, vigila los vehículos en un aparcamiento privado. Cerca de ellos se encuentran cuatro soldados del Ejército desplazados este miércoles para proteger el transporte urbano.
Las autoridades locales, por medio del ministro de Justicia y Seguridad, Manuel Melgar, anunciaron un fuerte plan de contingencia y seguridad, que consiste en el incremento de la seguridad, custodia y protección en las terminales, así como en los autobuses y microbuses. Melgar señaló que se colocaría a agentes camuflados en el transporte público para que la gente tuviera más confianza.
El ministro de Defensa, general David Munguía Payés, anunció que 2.000 soldados adicionales han sido movilizados para contribuir a la seguridad. En este caso, la cantidad de militares en tareas de seguridad pública llega a 9.000, de los aproximadamente 16.000 con que cuenta las Fuerzas Armadas. Mientras, el director de la Policía Nacional Civil (PNC), Carlos Ascencio, confirmó que 3.500 policías trabajan en los operativos de vigilancia del transporte. El paro es de alcance nacional: fue verificado en San Salvador, en las cuatro provincias orientales, en San Vicente, La Libertad y Santa Ana.
Ascencio también aseguró que seis personas fueron capturadas por estar repartiendo amenazas escritas a comerciantes y otros dos jóvenes fueron capturados por haber lanzado supuestamente una granada a un retén policial, lo que llevó al Ejército a emplear tanquetas armadas en San Salvador.
En medio de las amenazas y la incertidumbre ha circulado un comunicado atribuido a las Maras 18 y la Salvatrucha. En un canal de televisión local de gran audiencia fue leído por Antonio Rodríguez, cura párroco de Mejicanos (periferia de San Salvador) de origen español, quien ha explicado que los pandilleros "están disculpándose con la población en general por el paro de buses y por la situación que se ha generado".
Agregó que los delincuentes indican que se trata de "una medida de presión para que el Gobierno tome dos actitudes: Una, que genere un espacio de diálogo entre las pandillas y el Gobierno con algún ente o intermediarios para solucionar el problema de la violencia. Y dos, que vete el presidente la Ley de Proscripción de Pandillas, que es una ley que está dentro del marco y de la ideología de las manos duras, que lo que ha causado es un incremento de los niveles de violencia".
Por su parte, tanto el general Munguía Payés como el jefe policial Ascencio, negaron cualquier posibilidad de "negociar políticamente" con las pandillas.

La malvada inventiva del 'narco'

POR JUAN JOSÉ DALTON (EL PAIS)
San Salvador - 08/09/2010 -El hallazgo, la pasada semana, de dos barriles plásticos para almacenar agua que contenían más de 10,2 millones de dólares producto de las actividades relacionadas con el tráfico de drogas en El Salvador, levantó inquietudes acerca de la lucha contra este crimen, que cada vez cuenta con más poder y muestra infinitas formas para ocultar su delito. Así lo expresó a EL PAÍS uno de los más altos jefes de la División antidrogas (Dan), de la Policía Nacional Civil (PNC) salvadoreña.
El oficial habló con este diario bajo la condición de que no se revelara su nombre, por razones de seguridad. "El narcotraficante es sumamente creativo. Su papel consiste en ocultar, y el de nosotros en encontrar el delito, ya sea droga o el dinero producto de ella", asegura.
Su oficina es sencilla; en las paredes cuelgan un par de diplomas de la Academia Nacional de Seguridad Pública, y otro más de una escuela de seguridad estadounidense. A un lado de su escritorio, una computadora en la que guarda un monumental archivo de casos registrados en la lucha antidrogas de El Salvador y Centroamérica. "Todas las divisiones antinarcóticos de Centroamérica están interconectadas; desde Panamá hasta México. El modus operandi de los narcos es increíble y asombroso. Nosotros, en El Salvador, hemos detectado casos que muestran su creatividad malévola. Por ejemplo, a fines del año pasado y en lo que va de este, hemos descubierto varios intentos para sacar droga de El Salvador hacia EE UU y Europa", narra el policía.
Según el oficial, a fines de 2009 la policía detectó a dos personas distintas que llevaban cocaína oculta en botes de jalea de mango que se dirigían a una ciudad estadounidense. "Sacaron el contenido de las semillas de mango, y en su interior colocaron la cocaína. También han intentado transportar cocaína en el interior de cascos de burro [las conchas de un molusco comestible, una especie de almeja grande]. Las conchas eran vaciadas del molusco y en su interior se ocultaba la droga", explica el agente.
La lista continúa. "Hemos descubierto, por ejemplo, cocaína en desodorantes roll on, en botellas de bebidas alcohólicas, en adornos de madera o de yeso. Aquí es donde el narcotraficante falla generalmente. El investigador observa a una persona que transporta 25 desodorantes roll on hacia Estados Unidos y no encuentra lógica; entonces se detecta el delito", afirma con una gran sonrisa.
"Para nosotros es más difícil detectar la droga cuando es transportada en productos propios de aquí, como fue ése de la jalea de mango o los cascos de burro, o un caso que tuvimos en el que se utilizó atado de dulce o panela de caña de azúcar [un producto de la caña antes de ser convertida en azúcar]. Hemos sabido de países vecinos que han descubierto cocaína y heroína transportada en hortalizas, por ejemplo, en nopales [un tipo de cactus] y tubérculos", agrega.
El entrevistado recordó también cómo este año descubrieron a un salvadoreño que pretendía llevar cocaína a Milán (Italia) oculta en adornos de bronce y yeso. "El investigador se preguntaba: ¿por qué esta persona pretendía llevar a un país como Italia, donde el arte es mucho mejor y más acabado, varios objetos de arte hechos con yeso y en moldes? No eran artesanías. No tenía ninguna lógica", explica.
El oficial subraya que en El Salvador no hay producción de droga, ni siquiera marihuana. El 99% de la marihuana que se consume, vende y trafica en territorio salvadoreño procede de Guatemala. Las drogas "fuertes" ?cocaína, heroína y efedrina, la base para la producción de drogas como el éxtasis? se trasladan de Sur a Norte, es decir, a Estados Unidos; mientras que el dinero para pagar a los narcos va en sentido contrario. "Hemos detectado grandes cargamentos de cocaína en furgonetas, en llantas de repuesto, escondidos en los compartimentos de los automóviles o camiones, en los depósitos o tanques de gasolina: los dividen, una parte para el combustible y otra para la droga", describe.
Sobre el dinero trasladado, recuerda que han hallado grandes cantidades en "por ejemplo, hieleras. Las hieleras tienen en sus paredes un compartimiento relleno de un material esponjoso. Lo quitan y ahí depositan el dinero. Detuvimos a dos personas con sendas hieleras que llevaban en cada una más de 200.000 dólares", asegura el oficial de la DAN, que aclara que lo incautado el pasado fin de semana en los llamados narcobarriles, más de 10 millones de dólares, equivale a lo que se ha decomisado durante casi una década, entre 2000 y 2009.

El caso de los 'narcobarriles' de El Salvador

POR JUAN JOSÉ DALTON (EL PAIS)
San Salvador - 08/09/2010
La Policía Nacional Civil (PNC), de El Salvador acaba de realizar un hallazgo inédito: desde el jueves y hasta el fin de semana, encontró en una apartada finca campestre dinero escondido por valor de más de 10 millones de dólares, enterrado en los barriles que se utilizan para almacenar agua en épocas de escasez.
Se trata de lo que ya se conoce como el caso de los narcobarriles, algo sin precedentes en este país centroamericano. "Se han localizado narcolanchas, narcoavionetas, narcofurgones... pero nunca narcobarriles", explicó a EL PAÍS, el comisionado Augusto Cotto, subdirector de la PNC para el Área de las Investigaciones.
Unidades especiales de la policía y fiscales antidroga llegaron el pasado jueves por la tarde (hora local) a la finca El Recolado, ubicada en el caserío Penitente Abajo, de Zacatecoluca, en el departamento o provincia de La Paz. Nunca los vecinos habían visto tantos hombres armados juntos.
Según narró Cotto, hasta el momento "se han localizado dos barriles con dinero; el primero contenía 9,2 millones de dólares en billetes de 100 dólares y de 500 euros; el segundo, 980.000 dólares en billetes de 20, 10 y hasta 5 dólares". El primer barril se encontró el jueves; el segundo, el sábado y un tercero, vacío, fue hallado ayer, indicó el alto oficial.
El secretario de Asuntos Estratégicos, Hato Hasbún, y el ministro de Justicia y Seguridad, Manuel Melgar, así como el director general de la PNC, Carlos Ascencio, los máximos responsables de la seguridad nacional de El Salvador, llegaron el sábado al lugar de los hechos. Todos estaban contentos con el descubrimiento, que se produce en medio de fuertes críticas de la sociedad salvadoreña por los altos niveles de criminalidad en el país, hoy por hoy el más peligroso de Latinoamérica y el tercero en el mundo.
El Salvador, según fuentes oficiales e internacionales, es un lugar de tránsito y de almacenamiento de la droga que es trasladada desde Sudamérica hasta Estados Unidos. "Este es un duro golpe al crimen organizado; nunca antes había habido un decomiso en efectivo como el presente", aseguró Cotto. La PNC lo considera como un "golpe histórico".
"No podemos decir concretamente quiénes son los dueños de este dinero; estamos investigando. Tuvimos información de inteligencia que nos decía que aquí había algo y esto es lo que hemos encontrado", explicó Cotto, aunque otros oficiales de la policía alegan que el dinero podría pertenecer a carteles de narcotraficantes de Guatemala.
La PNC maneja varias hipótesis. Cree, además, que la finca era un lugar perfecto para el camuflaje de droga y dinero por su localización apartada y de difícil acceso. "Pero no era este un centro de operaciones; no hay nada que evidencie esto", recalcó Cotto. En este operativo, la policía salvadoreña ha contado con la cooperación de la agencia antidrogas de Estados Unidos, DEA. "Pero es básicamente un golpe nuestro al crimen organizado", recalca con orgullo el jefe investigador, que fue guerrillero durante la guerra civil.
Y la investigación no se detiene ahí, advierte Cotto, porque las fuerzas de seguridad van a proseguir con las excavaciones. Entre los aspectos extraños de este hallazgo está la gran cantidad de euros encontrados, más de un millón, por lo que probablemente deberá intervenir la policía europea para indagar sobre su procedencia.
Esta operación se ha desarrollado en El Salvador mientras en Antigua (Guatemala) los ministros de Relaciones Exteriores de Centroamérica acordaban crear una serie de mecanismos de seguridad para combatir el crimen organizado; entre ellos, se adopta el patrullaje conjunto, el intercambio de información, la homologación de leyes y la búsqueda de financiación, entre otras medidas, para poner en marcha este proyecto de colaboración a medio y largo plazo.
Además del fenómeno de las pandillas juveniles o maras que sufren conjuntamente El Salvador, Honduras y Guatemala, cada vez cobra más auge la incursión de narcos mexicanos que buscan refugio debido a la guerra que les ha declarado el presidente del país norteamericano, Felipe Calderón, según fuentes de la PNC de El Salvador.

martes, 15 de junio de 2010

Homenajes a Roque Dalton por Alcaldía de Santa Tecla y Escritores Amigos de la Tierra

jueves 17
JUSTICIA CLIMÁTICA

inauguración 9 a m ÁNGEL jUÁREZ, Ernesto Cardenal, óscar Ortíz.

Conversatorio: "Justicia Climática y la lucha para salvar nuestra madre tierra"
Edgar Quisquinay, poeta y ambientalista, Guatemala
Carolina Amaya, coordinadora de la campaña !Justicia Climática Ya!, UNES
Mesas de Discusión
Tarde presentación de la película HOME

6 pm Obra poético Musical Taberna y Otros Lugares
Centro Cultural UCA auditorio Ignacio Ellacuría.

Viernes 18
JUSTICIA SOCIAL -JORNADAS LITERARIAS

9 AM Conversatorio sobre la Vida y Obra de Roque Dalton
Ernesto Cardenal
Víctor Casaus
José Luis Rivas
Luis Melgar Brizuela
Rafael Mendoza


2 pm RECITALES SIMULTAENOS EN

Colegio Champagnat, Instituto José Damián Villacorta, Colegio Belen, Escuela Mónica Herrera.

Participan Víctor Casaus, Luis Enrique Mejía Godoy , Giovana Mazzotti, José Luis Rivas, Martha Durazzo, Edgar Quisquinay, Guillermo Bown, Rafael Mendoza,Luis Melgar, Susana Reyes, Jorgue Haguilar, René Chacón,Silvia Mathus,Katheryn Rivera,André Cruchaga,Mario Noél Rodríguez,Roberto Laínez ,Marisol Briones.

6 pm Inauguración de Exposición sobre la vida y obra “Roque Dalton, Tormenta en la Raíz de los Volcanes”
Música y poesía
Particiapan Nahuel,Adrián Gouizueta y Luis Enrique Mejía Godoy

Poetas Ernesto Cardenal,Víctor Casaus, José Luis Rivas, Martha Durazzo,Edgar Quisquinay,Universi Zambrano,Ángel Juárez, Luis Enrique Mejía,Óscar Ortíz, Marisol Briones, Elena Salamanca, Mario Noél Rodriguez,Roberto Laínez,Néstor Martínez.

sábado 19

6.00 pm – Concierto de cierre en el Palacio Tecleño
Música de apertura, Palacio Tecleño
Exceso de equipaje
Nahuel
Adrián Goizueta
Luis Enrique Mejía Godoy
Lectura de Manifiesto RIET

domingo, 16 de mayo de 2010

CASO DALTON: La verdad y el pedido de perdón, es un acto digno

Por Juan José Dalton

SAN SALVADOR.
La dictadura por décadas sufridas en El Salvador y posteriormente el conflicto armado, fueron episodios largos y cruentos. Triste y doliente ha sido nuestra historia.

Hubo muchos salvadoreños, entre ellos mi padre Roque Dalton, que no sólo fueron vejados por la dictadura, sino que se enfrentaron a ella con su poesía, sus ideas, su humor sarcástico e irreverente, pero también poniendo el pecho y la mente para lograr un mundo mejor.

Con mi familia toda, los que están y no están en El Salvador, decidimos emprender un esfuerzo grande y sacrificado por establecer la verdad en relación al asesinato de nuestro padre.

Quisimos entablar un diálogo con el actual gobierno desde que Jorge Meléndez (Jonás), involucrado en el asesinato de Roque Dalton, fue juramentado en junio. Todavía más, antes del triunfo advertimos la inconsecuencia de incluir a Meléndez en el gobierno. Nuestro reclamo lo hacíamos con el derecho que nos protege la justicia universal y las leyes locales, aunque a diario se violan en El Salvador.

Hay testigos en el entorno del Presidente de la República, Mauricio Funes, entre sus Secretarios y Asesores más cercanos, que pueden dar fe de nuestro reclamo, e incluso, nos manifestaron el derecho que nos asistía de ser escuchados.

Quisimos sentarnos frente a frente con el Gobierno y no sólo para expresarles nuestro dolor, sino también que exploráramos salidas honorables, como debe ser en una democracia, aunque esto lógicamente no se trata de ninguna negociación política, sino de un acto de justicia y de respeto a la memoria de una personalidad relevante que fue martirizada.

Nunca nos hicieron el más mínimo caso. Es aquel menosprecio a la memoria del Roque Dalton humano e integrante de una familia adolorida, que hemos recibido durante 35 años. En realidad, la reacción oficial fue una sorpresa nunca esperada.

Nuestras reivindicaciones no han variado desde hace 35 años. Año con año hemos clamado lo mismo, y hemos sufrido desengaños por la capacidad de Joaquín Villalobos, especialmente, de intentar desmarcarse reiteradamente del crimen. Por otra parte, Jorge Meléndez, dice “saber todo, pero que lo dirá cuando él quiera”.

Queremos dejar establecido de forma definitiva, y con todo el derecho que nos asiste, lo siguiente:

- Las circunstancias reales en que se dio la muerte de Roque Dalton y Armando Arteaga. Sabemos, por boca de los victimarios, que los asesinados fueron muchos más.
- Quiénes son los responsables intelectuales y materiales de la ejecución de Dalton y Arteaga
- Cómo, cuándo y dónde los asesinaron
- Dónde están sus restos, porque existen varias versiones sobre la sepultura
- Si esta verdad es establecida, exigimos, por último, un humilde, sincero y valiente perdón.

Tenemos desde hace 35 años el corazón desgarrado. Nuestras abuelas María García y Carmen Vda. de Cañas, murieron sin saber dónde estaba su hijo y yerno, respectivamente. Rezaron hincadas todas las noches para pedirle a Dios que aparecieran sus restos para que tuviéramos el consuelo de ir a enflorarlos. Mi madre llora a diario por sus dos Roques muertos: su esposo y su hijo. Como hermanos, Jorge y yo, también lloramos y no nos avergüenza hacerlo en público porque, como ocurrió en la misa ofrecida por el padre José María Tojeira, en Capilla de la UCA el pasado 10 de mayo, también lloran nuestros leales amigos y admiradores de Roque Dalton.

Nuestro mensaje a la sociedad salvadoreña, pero en especial, a la izquierda social y política, es que tenemos que ser valientes para encarar la verdad: es lo moral y lo ético. No podemos aceptar enmascarar los crímenes y las injusticias. En nuestro mundo moderno hay dos símbolos de inhumanidad que por desgracia cruzaron nuestras fronteras y debemos hacer todo lo necesario para negarles la entrada, si es que quisieran volver: esos símbolos son Adolfo Hitler y José Stalin; la extrema-derecha que nos quitó a Monseñor Romero y la extrema-izquierda que nos quitó a Roque Dalton.

También quiero ofrecerles unas palabras a los ex jefes, combatientes y masas del ERP. Ante ustedes, mil veces heroicos y sufridos hijos del pueblo salvadoreño, me arrodillo humildemente. Mi hermano Roquito cayó en la guerra, fue un guerrillero valiente como ustedes; hoy yace su cadáver confundido entre las piedras y los árboles de las montañas de Chalatenango; no tiene más flores que las siemprevivas silvestres de la campiña, pero allí está él reclamando justicia.

Yo también fui guerrillero, con orgullo llevo en el pecho la única medalla que tengo de la guerra: es el hueco de una bala que casi me arranca el corazón. Mi Arcatao heroico fue testigo de las gestas de junio de 1981, cuando el conflicto recién comenzaba y el comandante Douglas me tenía que prestar su fusil hasta que me ganara el propio en los combates. Después de herido fui capturado; conozco las sádicas torturas, pero con ellas los esbirros no lograron arrancar ni mi verdadero nombre. Viví un exilio cruel que sólo fue soportable gracias al calor del pueblo cubano.

A ustedes, ex militantes del ERP les digo: los asesinos de mi padre tienen nombre y apellido. Les agradezco en el alma a quienes han aportado datos para establecer la verdad y fortalecer las pruebas. Nuestro esfuerzo ayudará a lavar definitivamente la macha ingrata que Rivas Mira, Villalobos y Meléndez incrustaron en el alma del heroico ERP, al que con sus ideas mi padre también dio vida.

Reitero con toda responsabilidad y derecho humanista que seguiremos como familia luchando por la verdad y la justicia. Sin embargo, también a partir de este 75 aniversario del natalicio de Roque Dalton, el 14 de mayo, fuimos a la Fiscalía General para poner a prueba el buen funcionamiento de la institucionalidad de El Salvador, brindándole la oportunidad de enmendar la falta de justicia y verdad de la cual hemos sido víctimas.

A los victimarios de mi padres, les dijo: Si tuvieron hace 35 años la “valentía” de acabar con su vida y la de Arteaga, tengan hoy y en adelante, ante las leyes de El Salvador, el coraje y la dignidad de reconocer sus culpas, revelar la verdad y pedir perdón.

A nosotros como familia se nos agotó la paciencia para seguir implorando en vano. Recalco: lo hemos hecho por 35 años (tres veces lo que duró la guerra civil). Lo que no se nos ha agotado es la voluntad de perdonar. El pueblo, desprovisto de su poeta, y Dios en el Cielo, también los van a perdonar, estoy seguro de ello. El derrame de amor de la poesía de mi padre terminará por llegar también hasta sus asesinos.

Cuando aparezcan los restos de Roque Dalton y de Armando Arteaga, se los vamos a entregar a su amado pueblo. Entonces, el Estado y el pueblo entero deberán hacer lo necesario para colocarlos en un lugar donde acudamos todos y todas, sin excepción, al encuentro de aquel juglar que un día le cantó a su propia Poesía, como símbolo de pueblo, vida, lucha y profundo amor:

Agradecido te saludo poesía
porque hoy al encontrarte
(en la vida y en los libros)
ya no eres sólo para el deslumbramiento
gran aderezo de la melancolía.

Hoy también puedes mejorarme
ayudarme a servir
en ésta larga y dura lucha del pueblo.

Ahora estás en tu lugar:
no eres ya la alternativa espléndida
que me apartaba de mi propio lugar

Y sigues siendo bella
compañera poesía
entre las bellas armas reales que brillan bajo el sol
entre mis manos o sobre mi espalda

Sigues brillando
junto a mi corazón que no te ha traicionado nunca
en las ciudades y los montes de mi país
de mi país que se levanta
desde la pequeñez y el olvido
para finalizar su vieja pre-historia
de dolor y de sangre.

miércoles, 28 de abril de 2010

Roque Dalton: unos días después de la fuga

Por Juan José Dalton (ContraPunto)
SAN SALVADOR – Los recuerdos retenidos en la memoria son algo borrosos, pero impactantes con el transcurso del tiempo.

Nosotros: mis hermanos, mi mamá y yo, vivíamos en la casita contigua a la Tienda “La Royal”, que era de mi abuela paterna y donde también ella vivía. Allí pasábamos toda la semana, de lunes a viernes porque Roque y yo íbamos al Colegio Centroamérica. Los fines de semana o nos íbamos a Sonsonate o a la casa de mi tía Cholita, en la Escalón. Tía Cholita (Soledad Morales) era hermana de mi abuela materna y una de las grandes costureras de entonces.

Bueno, el caso es que por aquellos días de 1964, yo tendría unos 7 años, mi “mamá María”, que así le decíamos a nuestra abuela, se mostraba nerviosa; a mi mamá no lo recuerdo en la casa, hasta momentos después.

A cada rato mi abuela nos ponía a rezar frente a un altar de la Virgen que ella tenía en una esquina; en otra esquina tenía a otro santo, que quizás era San Antonio.

Mi abuela era muy, muy discreta… Pero la vimos llorar. Quizás la consolamos y nos dijo que teníamos que rezar mucho por mi papá; que los policías lo habían capturado, pero que no podíamos decir nada porque más daño podríamos causar. Así que prometimos no decir nada a nadie.

Todas las tardes después de llegar del colegio, que dirigían unas “señoritas Eyegoyén”, nos salíamos a jugar a la calle, a un costado de la “5 de Noviembre”. Una tarde de esa pasó un camión cargado de policías y yo agarré un puñado de tierra y se los tiré, haciendo con boca un sonido de explosión.

Mi hermano, al darse cuenta, me regañó y yo en mi inocencia decía: “Si no les dije nada…”. Mi abuela también me regañó y nos hincó a rezar.

Después de aquello recuerdo la presencia de mi mamá. Ella nos dijo que nos preparáramos, que nos vistiéramos porque íbamos ir a visitar a la tía Orbe, que también era hermana de mi abuela materna y que vivía a pocas cuadras de nosotros. Su casa estaba a una cuadra de donde hoy está el teatro municipal Roque Dalton, en San Miguelito.

El caso es que llegamos a donde mi tía Orbe, a dónde íbamos también con frecuencia, y todo normal…

Mi tía Orbe cerró la puerta y nos hizo pasar al corredor, que en medio tenía un pequeño jardincito y unas grandes macetas de cemento. De pronto, de un cuarto sale mi padre… Nos quedamos mudos. Tenía bigote y pelos en la barba, poquitos porque era medio lampiño. Pero la cara y los brazos los tenía con decenas de pequeñas cicatrices.

Nos abrazamos todos, mi mamá, mi papá y nosotros, sus hijos… Nos contó que había estado corriendo por entre los montes y que por ello tenía tantas cortadas.

Recuerdo también que mi papá nos enseñó un pedazo de lámina de acero. Era como una pequeña reglita de unos pocos centímetros que había logrado arrancar al catre donde dormía en la celda, en la cárcel de Cojutepeque. En aquella cárcel estaba como desaparecido, es decir, el gobierno de entonces había negado tenerlo preso.

Mi padre aprovechó que las paredes de la cárcel estaban rajadas y ayudado por aquella laminita de acero (que nunca más supe de ella, aunque recuerdo haberla visto después en Praga), logró separar los ladrillos de adobe y por ahí fugarse.

Fue aquella una de las veces que mi padre evadió la muerte y la traición.

lunes, 26 de abril de 2010

El Salvador: la fragmentación de la derecha

Por Juan José Dalton (PROCESO, Mx)
En fotografía ex presidente Antonio Saca


SAN SALVADOR - La derecha política salvadoreña está “de capa caída”, “no da pié con bola”... Hoy se ve a Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), otrora partido símbolo del conservadurismo latinoamericano, desmoronarse sin contención.



Hasta antes de marzo de 2009, la derecha política señoreaba a sus anchas en la conducción de los destinos de El Salvador. Su señoreo fue en diferentes formas: oscilaban entre dictaduras militares y autoritarismo civil. Esta situación se mantuvo desde que este país adoptó la vida republicana a comienzos del siglo XIX.





Los Acuerdos de Paz entre gobierno y guerrilla en 1992 abrieron la posibilidad de la alternancia política, misma que llegó después de 17 años de aquella gesta y luego de tres intentos fallidos de la izquierda política.



Finalmente la izquierda asumió la conducción del país a partir del pasado 1 de junio de 2009, luego de que el exguerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) derrotó a ARENA en las elecciones del 15 de marzo de ese año.



El analista Alberto Arene ofrece a Apro su visión de lo que está ocurriendo actualmente en la derecha local, sumergida en una intensa crisis que ha resquebrajado a su otrora monolítico instrumento de hacer política del gran empresariado local: ARENA, al que el analista no cataloga como partido político, menos instituto democrático.



“La derecha salvadoreño mostró una gran unidad y cohesión en poco más de 30 años: durante la guerra, la pos-guerra y en la primera década del presente siglo. Fue una derecha que ha estado considerablemente unida y cohesionada por diferentes factores. Durante la guerra su objetivo fue derrotar a la guerrilla (hubo una fase de intensa lucha por derrotar también a la Democracia Cristiana que tuvo el ejecutivo en un período contrainsurgente). Durante la posguerra, el ejercicio del poder fue el elemento fundamental de cohesión, lo que se mantuvo durante 20 años”, explicó Arene.



“Ya era tiempo que se dividiera y que cambiaran la derecha. Es una situación nueva de la cual no había costumbre ni por parte de la derecha ni del país, como sociedad. El elemento de cohesión del poder (el Ejecutivo) que tenía ARENA ha desaparecido y esa es una de las causas de la división.



Hay que tomar en cuenta que ha perdido también el Poder Legislativo y existe un Poder Judicial más independiente. El sector más vinculado a la gran empresa privada se sienten en la actualidad como en el limbo”, agregó.

El “mazazo”

El primer gran impacto que sufre ARENA se da el propio 16 de marzo de 2009, cuando poco a poco se fueron conociendo los resultados de la elección presidencial. Los conteos de las urnas transmitidos por televisión a nivel nacional no dejaban lugar a dudas: Mauricio Funes había derrotado a Rodrigo Ávila. La intensa propaganda anticomunista y los anuncios ligando a Funes con Hugo Chávez y Fidel Castro, no sirvieron de nada.



ARENA internamente se convirtió en un hervidero de contradicciones: ¿A quién culpar? El señalado ideal era Antonio Saca, el presidente que tuvo que admitir el triunfo de Funes y quien le puso la banda presidencial al primer presidente de izquierda en El Salvador.



El mazazo fue contundente. Comenzaron las acusaciones y contra-acusaciones. Saca fue acusado por sus propios compañeros de haber “personalizado” al partido, de elegir a la persona no idónea para candidato y además de querer dividir a ARENA.



Desde el 1 de junio al 12 de octubre del año pasado, la refriega interna era grande, pero bien escondida por los grandes medios de comunicación, que fueron parte de la campaña proselitista de ARENA.



El 12 de octubre se da la primera gran fractura en ARENA: 12 diputados seguidores de Saca rompen con ARENA y se autodeclaran independientes. En lo sucesivo, este grupo parlamentario se alía en las votaciones con el FMLN en el legislativo, y en otras ocasiones responde a las iniciativas presidenciales, que no siempre coinciden con su partido oficial.



De grupo parlamentario, los 12 disidentes se convierten en partido en formación Gran Alianza de Unidad Nacional (GANA). En la actualidad con 14 diputados propietarios y 9 suplentes. ARENA redujo su cuota parlamentaria de 32 legisladores a 18. GANA, en las bases, le “roba” a ARENA cada vez más su gente.



“Ya no existe la cohesión que te da el poder, pero además hay que tomar en cuenta que ARENA no era ni es un partido político, no funcionaba como tal, no tiene los mecanismos de diálogo ni de búsqueda de consensos ni institucionalidad. Esta combinación se da en medio de la crisis que sufre ARENA”, apuntó Arene.



“Claro, aparece ahora en la escena Antonio Saca como se dice: ‘corregido y aumentado’. Tiene gran capacidad e iniciativa política, además de que dispone aparentemente de recursos considerables. Con Saca aparece por primera vez alguien de la derecha que tiene mayor autonomía para poder operar dentro del sistema político”, aseguró el analista.



Y continuó: ““Las condiciones que se han dado en la derecha es como la tormenta perfecta... Hay una división que es efectivamente profunda y ello implica una recomposición al interior de la derecha. GANA es un partido de derecha. Que sea de una derecha más o menos popular... Hay que ver qué significa eso: hay que verlo en un programa económico-social. De lo que si no hay duda es que tienen la pretensión de disputarle la hegemonía a ARENA y particularmente al grupo económico que ha conducido a ARENA en los últimos 20 años”.



ARENA nació como un proyecto extremo. Fue fundada en 1983 por el ya fallecido mayor de inteligencia Roberto D´Aubuisson, quien logró aglutinar a militares de alta en el ejército y en la seguridad pública, a políticos anticomunistas y a grandes empresarios, entre ellos, terratenientes cafetaleros afectados por la reforma agraria que forzó Estados Unidos en sus proyectos contrainsurgentes a fin de evitar la guerra, que luego se profundizó en la década de 1980.



El también analista local, Rafael Castellanos, más cercano a ARENA, estima que existen en la actualidad dos situaciones: la percepción y la realidad. En cuando a percepción lo que se indica es que GANA está ganando la batalla: agilidad mediática de Saca y el uso de cuantiosos recursos “de oscura procedencia”, como la publicidad en los medios y las pintas en todo el país.



“Si ARENA quiere seguir siendo la segunda o la primera fuerza política del país y el dique de contención al socialismo del siglo XXI, tiene que llegar fuerte a las elecciones. Consecuentemente, no debe concentrase más en los tránsfugas y su jefe. Debe desarrollar una estrategia con acciones de gran impacto mediático, publicidad y cobertura de medios, para que el salvadoreño perciba la realidad lo más cerca de la verdad posible, y el partido sea percibido como la esperanza del país para rescatar la moralidad en política y preservar la democracia y la libertad, y no como el partido que se deshace”, asegura Castellanos.



Pero, Arene, un analista considerado neutral, estimó que a ARENA “lo único que le queda de esta crisis es refundarse. Crear un partido moderno, más liberal y menos conservador; democrático, con ideas y programas; más de centro derecha que de derecha. Debe dejar de funcionar como un partido que tiene dueños o dueño. Pasa esto por una profunda refundación y reingeniería. Pero de pronto no vemos los signos de ese cambio”.

sábado, 24 de abril de 2010

Atentado mortal en El Salvador contra un jefe policial mexicano

Por JUAN JOSÉ DALTON(EL PAÍS)

SAN SALVADOR - Unos desconocidos atentaron ayer en San Salvador contra un jefe de la Interpol, el mexicano Guillermo Medina, matando a su esposa y dejando gravemente herido al jefe policial, que también ocupa un alto cargo en la Embajada de México.

El ataque se produjo a plena luz del día, en una calle de alta circulación de vehículos y en una zona vigilada que acoge diversas instituciones gubernamentales y judiciales salvadoreñas. Los atacantes descargaron sus armas sobre el vehículo que conducía el jefe policial, cuya esposa, Claudia de Medina, quedó muerta en el acto.

"Fue un ataque planificado, premeditado y dirigido contra el oficial Medina, no cabe la menor duda", aseguró a EL PAÍS el subdirector general de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Martínez Landaverde.

El atentado se produjo en las inmediaciones del Centro de Gobierno y de la sede de los tribunales de San Salvador. Según las autoridades, fue perpetrado por dos desconocidos que huyeron tras el ataque. Aún no se ha confirmado si iban a bordo de una motocicleta o conducían un vehículo. "Por el momento no tenemos capturados, pero estamos viendo todas las hipótesis", afirmó Ramírez.

El oficial de la Interpol es también primer secretario de la Embajada de México en San Salvador. Medina, de 34 años de edad, sufrió otro ataque a tiros el pasado 1 de febrero en una zona residencial de San Salvador. Tanto la policía local como la Embajada mexicana justificaron el primer ataque como un intento de asalto con fines de robo.

"Presumimos que el sujeto que disparó pretendía robar el automóvil y el individuo, ante el temor y como una expresión del riesgo, optó por disparar a la víctima", señaló entonces el jefe policial Augusto Cotto. La esposa del diplomático, que estaba en el vehículo, salió ilesa en aquella ocasión.

Sobre aquel suceso el subdirector de la policía dijo ayer que quizá "también era un acto planificado que se frustró".

Analistas locales han expresado su temor ante la posibilidad de que este crimen tenga relación con los carteles de la droga mexicanos, sobre todo después de que el presidente salvadoreño, Mauricio Funes, confirmara el pasado 14 de abril que se ha descubierto presencia en territorio salvadoreño de miembros de la banda criminal mexicana Los Zetas. Ramírez manifestó que esta relación se investiga, pero "aún no se ha concluido algo sobre este punto".

Funes afirmó entonces que ni el Ejército ni la policía ni el Organismo de Inteligencia del Estado (OIE) le han confirmado que Los Zetas operen en El Salvador. "La única información que yo tengo es que han entrado a El Salvador, han hecho algunas exploraciones, algunos contactos, probablemente lo han hecho con algunas pandillas o lo han hecho con algunos otros carteles de la droga que operan en el país", apuntó el mandatario salvadoreño, quien sí reconoció que dicha banda criminal opera en Honduras y Guatemala.

jueves, 25 de marzo de 2010

El presidente de El Salvador pide perdón por el asesinato de Óscar Romero

POR JUAN JOSE DALTON(EL PAÍS)
SAN SALVADOR - El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, en su calidad de jefe de Estado, pidió ayer perdón público por el asesinato del arzobispo de San Salvador Óscar Arnulfo Romero Galdámez, ocurrido hace 30 años, que se cumplieron ayer.

Romero fue asesinado de un balazo certero disparado al corazón por un francotirador, cuya identidad es hasta el momento un misterio, aunque algunas fuentes del espionaje de Estados Unidos indican que se trató de un militar argentino, Emilio Antonio Mendoza, mientras que otros investigadores apuntan al odontólogo salvadoreño Héctor Regalado; este último era hombre de confianza de Roberto D'Aubuisson, el presunto cerebro de la confabulación, que involucró a militares de alta graduación retirados, políticos anticomunistas y grandes empresarios.

Abatido por una bala del calibre 22 explosiva, Romero se encontraba oficiando una misa en la capilla del hospital La Divina Providencia para enfermos de cáncer. Eran alrededor de las seis de la tarde del 24 de marzo de 1980.

"En nombre del Estado salvadoreño, como presidente de la República, reconozco que el entonces arzobispo de El Salvador, Óscar Arnulfo Romero Galdámez, el 24 de marzo de 1980 fue víctima de la violencia ilegal que perpetró un escuadrón de la muerte", dijo Funes ante un auditorio en el que se encontraba la familia de la víctima, así como religiosos de varias congregaciones.

"Este tipo de grupos armados ilegales ejercieron el terror de manera generalizada entre la población civil durante aquellos años aciagos, dejando tras de sí miles de víctimas. Dichos escuadrones, lamentablemente, actuaron bajo la cobertura, colaboración, aquiescencia o participación de agentes estatales", recalcó Funes.

El jefe y creador de los escuadrones de la muerte en El Salvador fue el mayor de inteligencia Roberto D'Aubuisson, ya fallecido. D'Aubuisson, además, fue el fundador del partido derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que gobernó en El Salvador entre 1989 y 2009, cuando fue derrotado por el ex guerrillero Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) y por su candidato, Funes.

D'Aubuisson fue un férreo anticomunista, que murió de cáncer en febrero de 1992. El Informe de la verdad, auspiciado por Naciones Unidas en 1993, le acusa de haber encabezado la guerra sucia a través de los escuadrones de la muerte, con nexos con las inteligencias militares y policiales, encargados de eliminar a centenares de opositores a las dictaduras que se sucedieron en El Salvador.

Funes pidió perdón, en primer lugar, a la familia de Romero, al pueblo salvadoreño, que fue su "gran familia", y a la Iglesia católica, de la cual ha sido uno de sus ejemplares pastores.

"Y repito lo que dije el 16 de enero último, al pedir perdón por las aberrantes violaciones de los derechos humanos durante el conflicto armado por parte de agentes del Estado: nos comprometemos a colaborar con la justicia, tanto nacional como internacional, y pondremos todo lo que sea necesario a su disposición para el esclarecimiento de los crímenes investigados", añadió el primer presidente de izquierda que gobierna El Salvador.

El pasado 16 de enero, en el 18º aniversario de los acuerdos de paz, Funes pidió un perdón general por todos los abusos cometidos por militares, policías y grupos ilegales armados, que perpetraron graves violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad durante la guerra civil, al mismo tiempo anunció medidas sociales y morales para resarcir a las víctimas.

Funes hizo un llamamiento a consolidar la paz en este convulsionado país y repitió palabras de Romero al exclamar: "Que no haya resentimientos en el corazón". "Sigamos las enseñanzas de nuestro guía espiritual, miremos hacia adelante con paz en nuestros corazones, con amor a nuestros hermanos y hermanas. Hagamos, en definitiva, que ese sacrificio de nuestro obispo mártir tenga sentido", finalizó el presidente Funes.

Por primera vez en 30 años, oficialmente en El Salvador se conmemora el martirio de Romero, en proceso de canonización por la Santa Sede desde hace 15 años. El presidente Funes y sus principales funcionarios han participado en peregrinaciones, marchas, misas, conciertos musicales, recitales poéticos, exposiciones de pintura y seminarios en recuerdo del que muchos creyentes consideran san Romero de América.

martes, 2 de febrero de 2010

El Salvador: curar las heridas

Juan José Dalton (PROCESO)
SAN SALVADOR - Un hecho sin precedentes y lleno de emotividad. Un gesto polémico, pero necesario, fue el que protagonizó el presidente salvadoreño, Mauricio Funes, el pasado sábado 16, cuando reconoció por primera vez desde el fin de la confrontación armada, en 1992, la existencia de abusos y graves violaciones a los derechos humanos cometidos por agentes del Estado durante la guerra civil. Acto seguido, pidió perdón a quienes fueron víctimas de los horrores.

El acto simbólico ocurrió en ocasión de la celebración del 18 aniversario de los Acuerdos de Paz, firmados entre gobierno y guerrilla en el Castillo de Chapultepec, México, y con los que se puso fin al conflicto armado que duró 12 años y que ocasionó 75 mil muertos y 8 mil desaparecidos, además de la destrucción de la infraestructura y del tejido social. Baste recordar que uno de los cuatro millones que componían la población salvadoreña de entonces migró a Estados Unidos y a los países vecinos; una diáspora jamás vivida en épocas anteriores.

Al evento acudieron firmantes que sobreviven de la gesta histórica, como el expresidente Alfredo Cristiani y el exgeneral Mauricio Ernesto Vargas, así como los exjefes guerrilleros Salvador Sánchez Cerén, Eduardo Sancho y Francisco Jovel. Todos se sentaron juntos en primera fila. Esta vez el mandatario no les dio la palabra, fue el único que tuvo la voz cantante. Cristiani fue el presidente que firmó la paz con la entonces insurgencia del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

Los testigos del evento enfocaron sus ojos en los rostros de aquellos a los que se estaba acusando por los abusos del Estado: Cristiani y Vargas. Enrojecidos de enojo, nunca alguien les había cantado “la verdad” en su propia cara.

Los desagraviados: señoras de los Comités de Madres de Asesinados y Desaparecidos, vestidas de negro, así como excombatientes, lisiados de guerra, lloraron de emoción y se consolaron mutuamente.

Pregunta sustancial: ¿Habrá verdadera reconciliación?

Una respuesta objetiva está por verse en el tiempo.

En entrevista con Apro, el analista político e historiador Roberto Turcios consideró que “Funes, en este y en otros actos, ha expresado una nueva visión sobre los derechos humanos desde el Estado. Tras esta visión hay un nuevo objetivo en términos de nación, que es la reconciliación nacional. Funes ha planteado que quiere ser el presidente de todos los salvadoreños, y eso supone una reconciliación”.

Turcios es de los que cree que el cambio histórico que se vive en El Salvador a partir del triunfo de Funes, en las urnas en marzo del año pasado, y su ascenso al gobierno el 1 de junio del mismo año, debe propiciar una reconciliación para la cual aún no se está preparado.

“Hay sectores que creen que hay que acabar con el vecino… Pero se trata de una reconciliación que no ignore las diferencias políticas ni las diferencias de visiones sobre el desarrollo del país. Una carencia histórica que tenemos como nación es la falta de unidad, es decir, padecemos una gran fragmentación, profunda, en nuestra visión socio-cultural como país”, agregó.

Y añadió: “Esa reconciliación sería un paso histórico relevante en El Salvador. Debemos asumir que tenemos un destino común y tenemos diferencias políticas y económicas, que las izquierdas son diferentes a las derechas y que los objetivos de cada una seguirán siendo identitarios, es decir, le seguirán dando una identidad emblemática a cada una de ellas”.

Las derechas, aun después de la guerra civil, siempre consideraron la represión política y la lucha contrainsurgente como una defensa de la nación frente a una “agresión comunista”; bajo ese concepto fue asesinado el arzobispo Oscar Arnulfo Romero, el 14 de marzo de 1980; se cometieron masacres como la de “El Mozote” y la de “Río Sumpul”, en las que fueron exterminados miles de campesinos indefensos, incluidos menores de edad, mujeres y ancianos; fueron ejecutados sindicalistas y líderes de la oposición democrática no armada, como Elizabeth Velásquez y Mario Zamora, entre otros dramáticos casos conocidos y condenados mundialmente.

En El Salvador, a diferencia de otros países en los que hubo conflictos internos, como dictaduras o confrontaciones armadas, nunca se enjuició a alguien por haber cometido crímenes de lesa humanidad contemplados en el derecho internacional y en el concepto de justicia universal.

Para impedir esos procesos judiciales, el gobierno de Alfredo Cristiani promulgó una amnistía general, aprobada por la Asamblea Legislativa el 20 de marzo de 1993 con el nombre de Ley de Amnistía General para la Consolidación de la Paz. Bajo esta carpa jurídica se volvió imposible abrir juicios para dirimir casos de graves violaciones a los derechos humanos durante la guerra civil, que comenzó en 1980.

Casos de asesinatos, como fue el de los seis sacerdotes jesuitas y dos de sus colaboradoras, fueron vetados en la justicia local, así como el de desaparecidos. Las víctimas han tenido que recurrir a la justicia internacional para tratar de encontrar “bálsamo a sus heridas”. Los tribunales locales se justificaron por la existencia de la amnistía o la prescripción del delito, pese a que la justicia universal sostiene que los crímenes de lesa humanidad son no amnistiables e imprescriptibles.

El emblemático caso de los jesuitas asesinados no pudo ser juzgado en El Salvador, y en la actualidad se ventila en la Audiencia Nacional de España, misma que en este mes de febrero llamará a declarar a los 14 militares acusados del múltiple homicidio ocurrido el 16 de noviembre de 1989.

El caso de las “hermanitas Serrano”

Ernestina y Erlinda, de siete y tres años, respectivamente, fueron raptadas por soldados en un operativo contrainsurgente que se ejecutó el 2 de junio de 1982, en el norteño departamento o provincia de Chalatenango. Desde entonces no se sabe la suerte de ellas.

El Estado salvadoreño fue sentenciado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en marzo de 2005, pero aún no se han cumplido todas las medidas, menos en lo que se refiere a que el Estado debe asumir la investigación sobre el paradero de las víctimas y encontrar a los responsables de tal hecho.

“La amnistía general impide la investigación de los hechos criminales. El presidente Funes ha hecho algo bueno y relevante, pero creo que sus medidas parten de tratar de reparar materialmente a las víctimas”, dice a Apro el defensor de los derechos humanos, Benjamín Cuéllar, quien añade que “desde el punto de vista del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana (IDHUCA) –jesuitas– se debió comenzar por la búsqueda de la verdad (porque hay muchas verdades ocultas) y la justicia; después vienen las reparaciones, sólo después de conocer las terribles verdades y a los responsables… Es lo que dice la justicia transicional”.

Otros, como el intelectual David Escobar Galindo, que fue de la delegación gubernamental que negoció la paz en 1992, consideran que el tema de la amnistía no debería ser tocado. “El presidente Funes ya creó una comisión que se va a encargar de buscar formas de reparación que a mí me parece muy importante. La Ley de Amnistía cumplió una función muy trascendental y estar pensando en enjuiciar a gente de un bando y del otro, eso a estas alturas no es conveniente, puede ser hasta contraproducente.

“Lo que habría que hacer es el análisis de los hechos, lo que se llama la búsqueda de la verdad, que me parece bien, ya es un proceso histórico. Todos quisiéramos que nos contaran y saber qué es lo que pasó con los respectivos casos, porque no sólo son dos, tres, cuatro…, son muchísimos, pero ya es otra cosa y no tiene que ver con la Ley de Amnistía”, agregó Escobar Galindo.

La “reconciliación”

El presidente Funes, uno de cuyos hermanos fue asesinado por militares, apuntó que "la verdad y la justicia, entonces, como fundamentos de la reconciliación, nos obligan a reconocer los avances decisivos que los Acuerdos de Paz han tenido en la pacificación y en la democratización de la vida política del país, así como nos llevan a admitir las deudas que, al no ser saldadas, constituyen un obstáculo para la unidad y fraternidad del pueblo salvadoreño".

Los niveles de emotividad se incrementaron en la medida que el primer presidente de izquierda que gobierna El Salvador reconocía los "abusos" y "represiones" que cometieron los agentes del Estado, entre militares, miembros de los cuerpos de seguridad y paramilitares.

"Reconozco que agentes entonces pertenecientes a organismos del Estado, entre ellos las Fuerzas Armadas y los cuerpos de seguridad pública, así como otras organizaciones paraestatales, cometieron graves violaciones a los derechos humanos y abusos de poder", señaló.

Y agregó, sin pelos en la lengua: "Realizaron un uso ilegítimo de la violencia, quebrantaron el orden constitucional y violentaron normas básicas de la convivencia pacífica. Entre los crímenes cometidos se cuentan masacres, ejecuciones arbitrarias, desapariciones forzadas, torturas, abusos sexuales, privaciones arbitrarias de libertad y diferentes actos de represión".

Enfatizó que la mayoría de estos abusos fueron cometidos contra civiles indefensos ajenos al conflicto armado.

"Pido perdón en nombre del Estado salvadoreño a los niños…”, al mandatario se le quebró el habla y se limpió el rostro de lágrimas que rodaron por sus mejillas. “Pido perdón en nombre del Estado salvadoreño a los niños y niñas, jóvenes, mujeres y hombres, ancianos y ancianas, religiosos, campesinos, trabajadores, estudiantes, intelectuales, opositores políticos y activistas de los derechos humanos".

Y agregó: "Pido perdón a quienes no han podido terminar su duelo por desconocer el paradero de sus seres queridos. Pido perdón a los mártires que con su vida defendieron la paz y nunca han visto reconocido su sacrificio".

Hubo más aplausos y ovaciones, hubo lágrimas. Otros, como la diputada derechista Milena Escalón, del ahora opositor partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena), ni siquiera se pararon cuando Funes anunciaba las medidas de lo que en considera un nuevo camino de la reconciliación nacional. Ello refleja la grieta que aún vive El Salvador.

Funes anunció igualmente que creará una comisión interinstitucional que elaborará varias recomendaciones para resarcir los daños materiales y espirituales de las víctimas, así como para instrumentar medidas de dignificación de los victimizados.

Abrirá, además, una mesa de diálogo con lisiados de guerra y defensores de los derechos humanos para atender sus reivindicaciones, olvidadas por los anteriores gobiernos derechistas que estuvieron en el poder hasta el pasado 1 de junio, cuando Funes y la exguerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) asumieron el gobierno.

Asimismo, el mandatario salvadoreño se comprometió a apoyar a los organismos o tribunales jurídicos internacionales que están procesando casos de crímenes de lesa humanidad ocurridos durante la guerra civil, porque así lo requiere el derecho internacional.

“Este acto de la reconciliación propuesto por el presidente Funes no lo es todo, pero es un camino abierto, como nunca antes, al debate de lo que queremos los salvadoreños como guía futura en cuanto a la verdad, la justicia y la reconciliación verdadera. Tendrá la palabra la sociedad”, finalizó Benjamín Cuéllar.

Armas de guerra en tiempos de paz

JUAN JOSÉ DALTON (EL PAÍS)
SAN SALVADOR - El pasado 16 de enero, cuando la mayoría de los salvadoreños conmemoraban el 18º aniversario de los Acuerdos de Paz, estalló en pleno centro de San Salvador una granada de fragmentación, del tipo M-67 y de uso militar. Tal acción empañó la celebración del fin de una guerra civil que había durado 12 años, provocado 75.000 muertos y dejado el país en ruinas y desintegrado socialmente.

La violencia salvadoreña es ya un mal común, general y crónico. Analistas locales y extranjeros, como los españoles Enrique Gomariz e Ignacio Cano, consideran que existe una "guerra de un nuevo tipo y sin enemigos definidos". Algo así como una lucha "contra todas las banderas". En esta nueva confrontación, el uso de granadas militares es un hecho novedoso, pero se está haciendo cada vez más frecuente entre los delincuentes, que, según expertos en temas de violencia, desarrollan su actividad en pandillas y bandas del crimen organizado.

Dos tribunales de San Salvador, uno de ellos de menores de edad, envió a prisión el pasado jueves a los dos presuntos responsables de haber lanzado la granada el Día de la Paz. En el atentado murió el empresario del transporte David Salomón Cruz, de 68 años de edad, mientras otras 15 personas resultaron heridas. Cruz era el "objetivo", debido a que, según investigaciones y testigos, se había negado a pagar las extorsiones que los pandilleros de la Mara Salvatrucha le habían impuesto.

Los acusados, José Ángel Menjívar, de 34 años de edad, y el menor Edgardo M., de 15, permanecerán presos, bajo custodia del Juzgado del Crimen Organizado y del Tribunal de Menores de San Salvador, respectivamente, mientras se investiga o se les procesa por varios delitos que incluyen "actos terroristas", según la legislación local.

Posesión de armas

En la nueva guerra que sufre El Salvador, las armas de fuego tienen un papel protagonista. La legislación salvadoreña es bastante flexible en los temas de comercio y posesión de armas de fuego. Se estima que más de 450.000 están en manos de civiles; de ellas, sólo la mitad están registradas legalmente. De acuerdo a las estadísticas de la policía, en 2009 se cometieron 4.365 homicidios; de éstos, 3.311 ?es decir, el 75%? se perpetraron con armas de fuego. Las autoridades indican también que sólo se decomisaron 2.889 armas de fuego durante el año pasado.

El uso de granadas militares industriales o de fabricación artesanal es cada vez más frecuente. Durante 2009 se cometieron 10 ataques con granadas, que provocaron 12 muertos y un número de heridos que no se puede determinar. Pero en los primeros 21 días de 2010 se registraron cinco ataques ?la mitad que en todo el año anterior?, que dejaron un muerto y 29 heridos.

El último ataque ocurrió en el municipio de Chalchuapa, en la provincia de Santa Ana. No causó muertos ni heridos, sino la destrucción de la vivienda y el automóvil de la familia atacada, que huyó a un lugar hasta ahora desconocido; esta familia no es la primera que se desplaza de su lugar de origen a consecuencia de la violencia, otro de los fenómenos que caracterizaron la guerra civil (1989-1992).

Hasta el momento no se ha podido comprobar quién provee de granadas a los grupos de delincuentes. Existen sospechas de que dichas armas vienen de los arsenales del Ejército y que pueden haber sido compradas a militares corruptos. El ministro de la Defensa Nacional, David Munguía, asegura que está investigando. Tanto la policía como el Ejército han aprobado que sea la Oficina de Control de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) la que indague de dónde proceden dichas armamas; para ello, el viernes llegó a El Salvador un equipo de seis expertos que iniciarán la investigación.

Por otra parte, a las autoridades locales también le preocupan las motivaciones, que pueden esconder alguna arista política, según explicó a EL PAÍS un experto en violencia que prefirió el anonimato: "Los recientes acontecimientos no deben ser vistos como hechos aislados. Su cercanía temporal y el tipo de arma usada sugieren que dichas acciones no son espontáneas, sino que guardan relación y un eventual objetivo común. Es posible que sea una demostración de fuerza o una estrategia para debilitar la imagen de las autoridades y aumentar la sensación ciudadana de temor, que en el corto plazo favorece el clima para las extorsiones, ya que se vale del miedo de la gente".

lunes, 18 de enero de 2010

El presidente salvadoreño pide perdón por los crímenes de la guerra civil

POR JUAN JOSE DALTON (El País)
SAN SALVADOR - En un acto sin precedentes en la historia local, el presidente salvadoreño, Mauricio Funes, reconoció ayer los abusos y crímenes de lesa humanidad cometidos por agentes del Estado durante la guerra civil (1980-1992), y pidió perdón a las víctimas.

El anuncio coincidió conel 18º aniversario de los Acuerdos de Paz firmados entre Gobierno y guerrillay que pusieron fin a la confrontación armada, que causó más de 75.000 muertos y 8.000 desaparecidos y diezmó al país.

El presidente Funes no escatimó palabras para reconocer que militares, agentes de la seguridad pública y paramilitares cometieron matanzas, asesinatos selectivos, desapariciones y torturas. Delitos por los cuales El Salvador es procesado en tribunales internacionales, como la Audiencia Nacional de España en el caso de la masacre de seis sacerdotes jesuitas en 1989.

"La verdadera reconciliación no se alcanza con la negación de la historia, sino con la verdad y la justicia", exclamó Funes frente a 700 invitados, funcionarios, políticos, diplomáticos y ex militares y políticos de derecha, entre ellos el ex presidente Alfredo Cristiani y el ex general Mauricio Vargas, quienes han considerado la guerra como una defensa de una "agresión comunista".

El presidente anunció además la creación de una comisión que elaborará recomendaciones para resarcir los daños de las víctimas, olvidadas por los anteriores gobiernos derechistas que mantuvieron el poder hasta el pasado 1 de junio, cuando Funes y la ex guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) asumieron el poder tras su triunfo electoral el 15 de marzo pasado.