miércoles, 29 de octubre de 2008

Recompisición de las argollas doradas

Por Juan José Dalton (ContraPunto)

SAN SALVADOR – Tras la venta de los bancos salvadoreños a trasnacionales financieras, los grupos de poder “pierden” internamente el control y manejo de las finanzas. Cambio, transformación, modernización... son las interrogantes.

¿De qué se trata esta operación? ¿Cómo podría ser una relación entre el actual sistema financiero y un posible gobierno de izquierda? ¿Y qué habrá entre los grupos de poder salvadoreños y un gobierno de izquierdas? Gerson Martínez, diputado y dirigente del FMLN; quien se encargó de la elaboración de la Plataforma de Gobierno del candidato presidencial Mauricio Funes, tiene algunas respuestas a la temática abordada.

La posible recomposición de los grupos de poder en El Salvador es aún un debate pendiente, tal como otros analistas lo han certificado.

¿Cómo aprecia el FMLN la venta de los bancos locales a trasnacionales? ¿Es una transformación, una modernización de los grupos de poder? ¿Han perdido estos grupos poder económico y político?

“Cuando se privatizaron los bancos locales durante el gobierno de Alfredo Cristiani (1989-1994) se marcó el inicio de una reestructuración de la economía, que modificó el rol de los grupos de poder en El Salvador. Entonces se consolidó como grupo hegemónico un pequeño círculo dedicado a las finanzas. Ahora, 18 años después, la venta de esos bancos significa una recomposición de las estructuras de poder, en la medida en que lo que constituye una especie de cerebro del capital (el sistema financiero) pasa de manos de una élite criolla a una élite trasnacional.

Si bien quedaron ejecutivos de los anteriores bancos, lo que es cierto es que las decisiones estratégicas de estos bancos responden a sus matrices y no a los intereses de un grupo local, menos aún a cálculos político-partidarios como era en el pasado reciente.

Mi punto de vista es que esto marca un proceso de recomposición de los grupos de poder en El Salvador. Hay que dar seguimiento y estudiar esas nuevas recomposiciones, sobre todo teniendo en cuenta que los más de 4.000 millones de dólares que recibieron, una buena parte no ha sido invertida en el país. La operación de venta y compra de los bancos que una ganancia exclusiva de este pequeño grupo y El Salvador no ganó nada.

Esperamos que con la llegada de los bancos internacionales se puedan aplicar estándares aceptables para El Salvador”.

Algunos economistas locales no hablan de grandes transformaciones, sino cambios de rubros de estos capitalistas locales. ¿Cómo aprecia Ud. esta situación?

“Desde mi punto de vista sí ha habido un cambio drástico, debido a que el capital criollo ya no controla el sistema financiero. Pero también veo que están en proceso de traslación de sus actividades comerciales. Hay que tener en cuenta que hasta hace poco estos grupos eran una especie de argolla con dos anillos: el financiero con sus holdings y el control de las grandes casas importadoras. Ellos han abandonado las inversiones financieras –por el momento-, pero no las casas importadoras. Eso nos obliga a un estudio para saber cuáles serán esos nuevos giros”.

¿Cómo cree Ud. que la crisis mundial vigente va a afectar a los grupos de poder en El Salvador, sobre todo porque se culpa de ella a las políticas neoliberales, las cuales en El Salvador se han aplicado de manera “ortodoxa”?

“Desde hace rato estamos en una etapa post-Consenso de Washington; éste se desintegró. Lo que está sucediendo es una resaca de la gran “juerga” del Consenso de Washington. Esto es un desplome estrepitoso de los dogmas ultra liberales, que privilegiaron las actividades especulativas, la extrema liberalización, la desregulación... Había habido ya todo un deslave de esos dogmas, pero lo que vemos ahora es estrepitoso. Dogmas como la desregulación; precisamente las dificultades que se están teniendo para controlar la crisis tienen que ver con la desregulación.

Se nos impuso un dogma que decía: Estado, manos fuera de la economía. La verdad es que en muchos países eso fue pura apariencia porque el Estado siembre estuvo interviniendo a favor de las élites que controlaban el poder económico y político. Pero ahora resulta que luego de la orgía de la desregulación, se convoca al Estado al salvataje. Entonces en ¿qué quedamos? ¿Tiene el Estado un papel en la economía? Todavía hay gente en El Salvador que no se quiere dar cuenta de la necesidad de una sabia regulación y la libre iniciativa privada”.

Algunos hablan de socialismo...

“Pero eso se ha dicho en términos irónicos. Lo que ha pasado es lo que siempre pasa: se privatizaron las ganancias durante muchos años y se socializaron los costos al final, porque han sido los contribuyentes los que cargan con el costo de la irresponsabilidad especulativa. Para El Salvador hay un mensaje importante para interiorizar y asimilar las causas y consecuencias de esta crisis”.

¿Cómo percibe entonces una futura relación entre un posible gobierno de izquierda en El Salvador, y los grupos de poder, así como con el actual sistema financiero?

“Para nosotros de lo que se trata es poner delante los intereses del país. De convertir a El Salvador en la economía más dinámica de Centroamérica. En tal sentido es importante el fortalecimiento de las actividades financieras, pero bajo la fórmula en la cual ese sistema financiero está al servicio del desarrollo del país, y no el país y su economía al servicio del sistema financiero.

Ahora tenemos que tener en cuenta que los bancos están en manos de intereses extranjeros y creemos que ellos no sudarán las calenturas ideológicas que otros sudaron en el pasado. Lo que necesitan es seguridad jurídica, normas claras y sólidas de estándares internacionales transparentes. Como país lo que necesitamos es que haya una intermediación financiera sana y dinámica que favorezca el desarrollo de todos los sectores de la economía y que no se concentre el crédito en pequeños grupos y sectores”.

¿Su augurio es que habrá un entendimiento entre el gran empresariado salvadoreño y un gobierno del FMLN?

“Efectivamente, por eso en el programa de gobierno de Mauricio Funes hay un conjunto de políticas bajo la denominación de fortaleza empresarial. Justamente son tres trazos de políticas: estímulo, fortalecimiento y desarrollo del gran capital en el país. Es importante que crezca la riqueza-país, que crezca la riqueza de las empresas nacionales, pero que también crezca la riqueza de los demás sectores y de la familia salvadoreña. También tenemos que desarrollar las medianas, pequeñas y microempresas; así como el fortalecimiento de los empresarios no formalizados, a lo que se le llama el sector informal de la economía.

En conjunto, necesitamos dar un gran salto: el crecimiento de las actividades económico-empresariales y de la riqueza que signifique también en mejoramiento de toda la población. Debería ser orgullo nacional tener empresas que compitan en las grandes ligas en la generación de empleos abundante y sólido; bien pagado; gran desarrollo tecnológico, que pague sus impuestos como se debe”.

martes, 21 de octubre de 2008

“Grupos de poder” a la readaptación en El Salvador

Por Juan José Dalton (ContraPunto)

SAN SALVADOR – Cambios, adaptaciones, transformaciones son conceptos aplicados en la actualidad por los grandes conglomerados capitalistas en El Salvador, especialmente después de la venta de la banca a grandes trasnacionales financieras.

¿Ha habido cambios? ¿Hasta dónde? ¿Qué es ahora la oligarquía? ¿Cómo se prepara a los cambios políticos en Centroamérica? En torno a ello ha girado la entrevista que ContraPunto tuvo con el destacado economista local Alfonso Goitia, investigador de los Grupos Económicos de Poder en El Salvador.

Este tema es abierto al debate y apreciamos que se torna inagotable.

¿Se han dado realmente cambios fundamentales en el gran capital salvadoreño después de la venta de los bancos?

“Bueno, creo que las estructuras de poder del gran capital se mantienen; otra cosa es que ellos hayan modificado las actividades en las cuales han concentrado su poder económico. Desde el momento que el gran capital, después de 1989 construyen todo una economía montada sobre la base de los conglomerados financieros, entonces logran hacer su poder clave a partir del sistema financiero.

Pero una vez que capitalizan, acumulan y concentran riqueza en todos estos años, se deshacen de los bancos, de las estructuras financieras en su totalidad, y los venden a trasnacionales financieras grandes. Pierden esa parte, pero el capital obtenido por la venta no sólo de los bancos, sino de otras empresas, como Agrisal, que vende la empresa cervecera y de bebidas, lo han trasladado a otras actividades que también les dan poder.

Estos capitales se han ubicado en actividades inmobiliarias, en el comercio, importaciones y en actividades de turismo, donde están penetrando fuertemente. Así también hay un esfuerzo en la regionalización de estos capitales a nivel centroamericano. Es decir, han cambiado los giros hacia sectores en los cuales ellos creen que van a obtener muchas ganancias”.

¿Es un cambio grande?

“Si, quizás se concentren también en sectores como transporte, logística. Es decir, todo esto responde al rediseño de la economía que se ha hecho en todos estos años: hacer una economía de servicios, comercios, importaciones; un centro logístico. Ahí es donde se van a concentrar porque es más fácil obtener ganancias y a corto plazo. Estos empresarios salvadoreños han estado siempre en esa lógica, ir por lo más rentable con menos costos.

Por eso fue abandonada la agricultura...

¿Pero lo que está sucediendo no es como una anti-lógica capitalista? Se entiende que el sistema financiero es como el superpoder del capital, pero cómo es que aquí se deshacen del sistema financiero?

“Bueno, yo no veo ninguna dificultad para que ellos mismos funden nuevos bancos. De hecho hace poco se aprobó el mecanismo para que sociedades cooperativas financieras no bancarias se puedan convertir en bancos con capitales menores al de los bancos trasnacionales. Por lo tanto, el mecanismo está dado para poder hacer otros bancos.

Yo sé que hay interés de volver a hacer otra banca. Sé del interés de un sector vinculado a lo que fue el grupo Cuscatlán de crear otro banco aquí, aunque también sé que acaba de comprar un banco en Miami”.

¿Eso como grupo Cuscatlán?

“No, no como grupo Cuscatlán, sino a nivel más personal. Estamos hablado del grupo Cristiani”.

¿Por qué volver otra vez a la banca?

“Porque se han encontrado que en los bancos trasnacionales ya no es tan fácil tener acceso al crédito como lo hacían anteriormente cuando eran dueños de los bancos y tenían todas sus empresas articuladas y entre las cuales rotaba todo el dinero. Ahora enfrentan el problema que no tienen acceso fácil a grandes créditos”.

Se sabe que las trasnacionales pagaron mitad en efectivo y mitad en acciones de sus propias empresas por los bancos comprados. ¿Eso les ha dado poder extra?

“Bueno, sí, pero en todo caso son accionistas minoritarios. El problema ahorita, con la crisis económica internacional, es que muchas de las acciones de estos bancos trasnacionales se han devaluado drásticamente. Están en riesgo o ya han perdido en estos bancos”.

Como sabemos, en El Salvador a la oligarquía se le identificó “Las 14 familias”, luego como “Grupos Financieros”... ¿Cómo se les pude identificar ahora? ¿Existen todavía?

“Sí, yo creo que siguen existiendo los grupos, unos siete quizá, que como sabemos tienen sus figuras claves: en el Cuscatlán está Cristiani; en el Agrícola están los Krite, los Dueñas; en los Robles, están los Poma; en el Agrisal está la familia Meza...”.

¿Cómo los calificarías: oligarquía, grupos oligárquicos...?

“El concepto que yo tengo es de Grupos Económicos de Poder. El concepto de oligarquía está relacionado con lo agrario, pero con control de otras áreas económicas. Es un concepto más tradicional. También se ha hablado de Oligarquías Financieras o Argollas Financieras. Pero creo que son Grupos Económicos de poder muy fuertes y que tienen influencia en el Estado. El problema es que ahora tienen un conflicto grande por el control del Estado.

El hecho de haber perdido el control de estructuras claves financieras, los hace más frágiles ante la competencia de otros grupos que se van formando. Por eso es importante para ellos tener el control del partido ARENA, que es lo más viable para tener el control del poder del Estado. Pero otro grupo económico, quizás no muy poderoso, pero que cuyos representantes han estado en el gobierno, se han impuesto en el partido ARENA. Durante todo este tiempo han estado con el control del partido y con el control del Estado para sus intereses. Por ello se privatizó la banca; se privatizaron otras estructuras del Estado, se abrió la economía y se ha legislado a favor de los comerciantes e importadores”.

¿Qué pasa con estos grupos de poder cuando están llegando partidos de izquierda a los gobiernos, incluso aquí en Centroamérica?

“Estos grupos tienen que adaptarse a los cambios que se están operando en América Latina. En El Salvador, igual. Tienen que entender que a lo largo de estos años no lograron construir una economía estable y dinámica ni condiciones económicas adecuadas. Es escenario actual muy delicado. No sólo es responsabilidad del partido ARENA, sino también de estos grupos económicos.

Entonces tienen que entender que deben preocuparse más de cómo desarrollar más y mejorar las condiciones de vida de la gente. Así que si en el caso de El Salvador llega el FMLN al poder, deben adaptarse a búsquedas comunes y de consensos. Esa estabilidad les garantizaría también sus beneficios.

Ahora ellos dicen que están de acuerdo con la economía social de mercado, cuando nunca fue su visión. Esta es también una gran preocupación de los grandes grupos empresariales de América Latina”.

lunes, 13 de octubre de 2008

El fin de las extremas en El Salvador

Por Juan José Dalton (ContraPunto)

SAN SALVADOR – Los símbolos en la historia son importantes. Los cambios de “eras históricas” tienen sus símbolos. El asesinato de Monseñor Romero fue el inicio de la guerra civil. Cuando el presidente Alfredo Cristiani y el jefe guerrillero Schafik Handal se dieron la mano el 16 de enero de 1992, comenzó el proceso de paz.

Quizá en la actualidad salvadoreña se esté gestando una nueva era en la vida política nacional, que pudiera estar centrada en dos procesos presuntamente opuestos o talvez paralelos, pero que pudieran concluir en lo que llamaremos “fin de las extremas” y se transformen realmente en el re-encauzamiento de la democracia.

Estas sólo son algunas hipótesis que se deben probar con el tiempo. Asumimos el riesgo de estar equivocados o de haber sido certeros.

Al observar la realidad vemos lo siguiente: El FMLN, después de su fracaso estratégico en 2004 (el proceso electoral fue liderado por el entonces máximo líder y símbolo de la agrupación, Schafik Handal, quien proclamaba un programa radical –aunque decía que respetaría la Constitución-), dio un viraje a la inversa y tiene en la actualidad lo que es: un candidato foráneo en Mauricio Funes, con un programa moderado (algunos creen que hasta de derechas).

Sin embargo, este proyecto es el que le está posibilitando a la izquierda local acercarse a la presidencia de la República. Funes ha prometido que la dolarización sigue, que no revisará nada del TLC con Estados Unidos, que no se incluirá en el ALBA, que no revisará privatizaciones y que, tampoco hará nada por dar marcha atrás a la Amnistía General de 1993, entre otras acciones.

Muchos empresarios y derechistas perjudicados por la “ortodoxia” y el sistema de privilegios creados en los últimos años por ARENA han visto con buenos ojos la propuesta de Funes, quien en realidad lo que ofrece es un nuevo estilo de gobernar: a través de la concertación. ¿Sería esto un paso de avance hacia la democracia? Claro que sí, pero no tiene nada que ver con una propuesta radical o extrema.

Veamos la otra cara de la moneda: ARENA para tratar de ganar en las próximas elecciones tiene que llevar a un foráneo en su fórmula presidencial: Arturo Zablah, que aunque no es el cabeza principal, podría llegar a convertirse en el verdadero eje de transformación hacia la derecha ortodoxa.

ARENA fracasó con su “neoliberalismo ortodoxo”; estancó al país en lo económico, en lo social y en lo político. De prolongarse más el modelo vigente, el quiebre está asegurado.

Zablah representa para la derecha local –y no sólo para ARENA- la posibilidad del “cambio” hacia una acción social en la que el Estado, y no el sistema privilegiado de empresas, resuelvan los agobiantes problemas de empleo, violencia, exclusión, inequidad y pobreza.

Para materializar esta apuesta Zablah insiste en incrementos de los salarios, aumentos de las pensiones, combate a la evasión y la elusión fiscal. ¡Ah! Habla de revisión de las concesiones de los puertos. Esto no tiene nada que ver con la “ortodoxia o extrema neoliberal”.

Por otra parte, el entorno internacional, en especial, los cambios que se pronostican para Latinoamérica, con la consolidación cada vez más de gobiernos de izquierda y de centroizquierda, así como la posible llegada del Partido Demócrata (PD) al gobierno de Estados Unidos, no podría constituirse en un mejor momento para el inicio de una nueva etapa en la vida política nacional.

Zablah enarbola un “cambio sin riesgo”, pero con la propuesta de Funes ¿qué “riesgo” puede haber? Ahí es precisamente donde los caminos dejarán de ser opuestos y en el que las líneas paralelas comenzarán a acercarse para convergir en un punto. ¿Será ello una nueva era para El Salvador?

Oligarcas transformados en El Salvador

Por Juan José Dalton (ContraPunto)

SAN SALVADOR – Los grandes hacendados criollos se convirtieron hace siglos en grandes terratenientes, primero en el dominio del añil y luego en el café. Un grupo pequeño de grandes terratenientes dominó todas las esferas de la economía y comenzaron a ser llamados como “Las 14 familias”, y de éstas pasaron a ser “seis grupos financieros”.

Hoy se verifica una recomposición que aún no está totalmente definida, precisamente porque los grupos financieros locales fueron vendidos a trasnacionales como Citibank, HSBC, BanColombia y Scotiabank.

¿Qué ha sido de la “oligarquía” local? ¿Han perdido poder? ¿Hasta dónde llegan sus influencias? Es algo que debemos escudriñar e investigar; es labor de economistas, politólogos, periodistas, historiadores...

Hasta hace poco no se concebía el poder sin la trilogía unitaria de política-oligarquía-Fuerza Armada. Luego de la guerra civil pasó al binomio de política-oligarquía.

Pero si el gran capital salvadoreño se ha tras nacionalizado, ¿qué está sucediendo actualmente en El Salvador? Carlos Acevedo, destacado economista salvadoreño con gran experiencia en investigaciones socioeconómicas, nos ofrece sus visiones preliminares de un tema que merece desde hace algún tiempo un profundo debate.

Hasta ahora ha sido un “debate postergado” de un tema que atañe al futuro de El Salvador.

La venta de la banca a las trasnacionales ¿Qué efecto ha provocado en el gran capital?

“Ha tenido un efecto de recomposición interesante, pero no debe ser sobredimensionado. Probablemente, el efecto más inmediato sea que el capital transnacional que adquirió esas empresas no vaya a tener la injerencia en la política interna que tuvieron los anteriores propietarios, sobre todo en el caso de ciertos bancos que financiaban buena parte de las campañas de ARENA. Los nuevos propietarios de la banca no van a conminar a sus empleados a votar por ARENA ni tampoco van a colocar la banderita de ARENA en sus sucursales”.

¿En qué rubros han invertido el dinero los "oligarcas" salvadoreños?

“Probablemente en el sector de bienes raíces, tanto dentro como fuera del país. El proyecto de "El Encanto", con una inversión de $400 millones, es una muestra de ello. En él están invirtiendo algunos de los ex-accionistas del Banco Cuscatlán, como Rafael Castellanos, quien tiene bastante experticia en hacer dinero fácil de manera oportunista y en deforestar el país”.

Han desaparecido las 14 familias, los grupos financieros ¿Ahora cómo se conforman los grandes capitalistas?

“El gran capital que impera ahora en el país es fundamentalmente transnacional (bancos, cemento, telefónicas, distribuidoras de electricidad, cerveza, etc.). Incluso, siguen circulando fuertes rumores de que TACA (compañía aérea) ha sido vendida, por lo menos una buena parte. El gran capital "criollo" que subsiste en el país está también bastante transnacionalizado, utilizando el negocio en los bienes raíces y la distribución de vehículos como su plataforma básica”.

¿Cómo ejercen su influencia política?

“La influencia política ahora probablemente va a ser a través de vías más personales que de empresariales”.

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Nota del Editor:

Continuaremos publicando entrevistas sobre el tema con diferentes personalidades conocedoras de la realidad nacional.

lunes, 6 de octubre de 2008

“Fuego no amigo” en ARENA

Por Juan José Dalton

SAN SALVADOR – Si en el seno del FMLN en días recientes hubo “fuego amigo” entre su liderazgo, en la derecha arenera el “fuego no es entre amigos”. Para ARENA se acerca la hora de actuar, no de redefinir su estrategia. Pero ese actuar quizás es ya algo tarde.

Hay analistas que dicen que aún hay tiempo, en una especie de “consuelo de tontos”. Sin embargo, no hay tiempo. Como decía un destacado economista local: “los astros se le han alineado en contra”; en medio de la tempestad y del barco naufragando, algunos de los marineros prefieren huir.

No es fácil el momento que vive ARENA: es de turbulencias y huracanes. ¿Y cómo no? Hagamos un breve repaso. ARENA para elegir al actual candidato atravesó una crisis aún no subsanada. Se debe recordar que compitieron 18 “pre-candidatos”, la mayoría de los cuales eran funcionarios del actual gobierno.

Nunca se había visto eso. ¿Qué pasaría en Estados Unidos o en Rusia o en China, si el vicepresidente, el canciller, el secretario de seguridad y el abogado del Presidente, sólo para citar unos casos, además del más importante líder empresarial, ambicionaran ser el “elegido”? ¡Sería un verdadero escándalo! La prensa local lo reflejó como un hecho democrático, repitiendo lo que el liderazgo arenero quería. La prensa no jugó su papel crítico para ayudar a la derecha política a rectificar.

Aquella lucha intestina –aún no estudiada en todas sus aristas- generó pleitos internos que todavía no se han sanado y el candidato “elegido” ha sido hasta el momento incapaz de enderezar el barco y ni siquiera se ha acercado (como creían) en las encuestas más importantes a su principal rival, el periodista Mauricio Funes, candidato del FMLN.

Candidato, centro del blanco

Otro aspecto a analizar es el del candidato elegido ARENA: Rodrigo Ávila.

Fue un error estratégico del liderazgo de ARENA haber elegido a Ávila, por muchas razonas, pero vamos a mencionar las que consideramos más importantes.

Ávila, al caerse la posibilidad de elegir a René Figueroa, fue impuesto por el sector que dominaba el presidente Antonio Saca, con lo cual se convirtió en el representante de dicho grupo que simboliza el desgaste de ARENA en el poder y lo dejó atado al régimen saliente y al que la sociedad le achaca más fracasos de la cuenta.

Por otra parte, Ávila, como ex director de la policía, se convierte en el “blanco” perfecto de la crítica por la incapacidad de cumplir con la principal promesa electoral de Saca, que decía: haremos de El Salvador el país más seguro de Latinoamérica, cuando en la actualidad está claro que somos uno de los tres o cuatro países más inseguros y violentos del mundo.

Salvando las distancias y las circunstancias, la candidatura de Ávila se asemeja a lo que fue la aspiración de Schafik Handal en 2004. Handal entonces representó un “blanco” demasiado grande y muy fácil de dar en el centro de las críticas.

Por otra parte, no era Ávila la mejor pieza para moderar ARENA, para ganar el “centro” y conformar una gran “Unidad Nacional” de “centroderecha”. Ese papel lo hubiesen jugado mejor Roberto Murray Meza, Eduardo Zablah o Francisco Laínez. Pero los tres fueron “vetados”.

Se hace difícil pensar en uno de los tres mencionados en un mitin de la “Tandona” exclamando con vanagloria: “me ensucié las botas”, por no decir otra barbaridad referida a la pasada contienda bélica.

Los elevados déficit

Hecho tras hecho, el FMLN ha tenido la ofensiva desde hace más de un año en el tema electoral.

El FMLN fue el primero en escoger a su candidato presidencial y pese a que había varios aspirantes en el seno de la misma cúpula: Medardo González, Salvador Sánchez Cerén y Salvador Árias, por ejemplo, el análisis de la realidad llevó al FMLN a rectificar sobre el fracaso cometido en 1999 y en 2004. Por ello llevan a Funes.

En contraste, ARENA salió tarde y mal, dejando al partido “herido” y con un “mal capitán” al frente.

Entre otros problemas estratégicos, ARENA tuvo que renovar su dirección, proceso que no parece terminar y que se evidencia en la renuncia reciente de Luis Mario Rodríguez, quien ha dicho que al menos tres o cuatro dirigentes del COENA debieran dejar sus cargos.

ARENA no tiene aún candidato a la Vicepresidencia, y al escoger a un foráneo o a un “camiseta sudada”, abrirá un nuevo coto de contradicciones internas. El oficialismo no tiene aún plataforma de gobierno ni alianzas consolidadas, ni siquiera con sus aliados políticos tradicionales.

El sector empresarial se encuentra dividido. Hasta el líder gremial (ANEP), Federico Colorado, quien aspiró a ser candidato presidencial, ha dicho que de ganar el FMLN no se irá su empresa del país. También lo ha dicho el presidente de TACA y otros muchos lo pudieran repetir públicamente. No es un aval al FMLN, pero si un signo o un aviso de que “no hay peligro” si Funes ganara las elecciones.

El papel de la prensa conservadora también ha sido “nefasto”, incluso para sus propios intereses; en vez de promover la renovación del sistema que dice defender, se han ido por la tangente defensora de los personeros del régimen, sin ningún sentido crítico, en un mundo tan cambiante como es el vigente.

Los tiempos políticos son cortos. Ávila y ARENA deberían comenzar a pensar en la cada vez más cercana posibilidad de perder las elecciones y por ende, en la estrategia a implementar en la administración del fracaso electoral. Es decir, si lo tomamos por lo positivo, ARENA habrá de cambiar y prepararse para hacer oposición democrática.

viernes, 3 de octubre de 2008

Saca, con todos los astros en contra

Por Juan José Dalton (ContraPunto)

SAN SALVADOR – Crisis internacional, crisis local, polarización y el favoritismo electoral hacia la oposición, configuran por primera vez en la historia salvadoreña la posible llegada de la izquierda al gobierno. “Todos los astros se han alineado en contra del presidente Antonio Saca”, dice el destacado economista salvadoreño Carlos Acevedo.

Saca dejará El Salvador “en el peor de los escenarios” concluye Acevedo, quien es un amplio conocedor de la economía local y regional; entre otras actividades académicas y profesionales, también forma parte del equipo que elabora el Informe de Desarrollo Humano de El Salvador, con los auspicios del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Sus apreciaciones no son “catastróficas” ni “soñadas”: son realistas y mesuradas. Esta fue la conversación sostenida entre el destacado economista y ContraPunto, acerca de la realidad del país, la crisis internacional y las perspectivas locales.

¿Cómo ves el panorama económico local y la influencia de la crisis mundial?

“Hay un fenómeno interesante. Por un lado, todo el mundo dice que la crisis en Estados Unidos es la peor en los últimos 100 años. Uno de los ex presidentes de la Reserva Federal, Paul Volcker, ha dicho que esta es “la madre de todas las crisis”, al parafrasear una famosa frase Sadam Husein. Pero lo interesante es que no ha golpeado tan fuerte la economía real de Estados Unidos. Por ejemplo, la crisis de 1929 provocó aquello que se le llamó la gran depresión. Hay dos factores que han amortiguado la crisis financiera: uno es que al debilitarse el dólar, las exportaciones han mejorado y el segundo factor es la respuesta muy agresiva de la Reserva Federal y de otros bancos como el europeo y el japonés, para inyectar fondos y contener la crisis.

Con respecto a El Salvador, sucede algo parecido. Uno esperaría que por el cordón umblical que nos une a Estados Unidos, pues, deberíamos estar muy golpeados, pero no lo estamos tanto...”

¿Por qué?

“Bueno, porque El Salvador ha tenido su pequeño amortiguadorcito, que ha sido el crecimiento de las exportaciones y del flujo de remesas, aunque estas últimas se han desacelerado en su crecimiento y en agosto observamos que no hubo crecimientos”.

¿Cuáles son los factores más negativos?

“Hay un factor que está causando daño y potencialmente puede causar más daño: es la inflación y el golpe sobre la canasta básica alimentaria, que te da la línea de la pobreza y por lo tanto la medición de la línea de pobreza. Yo estimo que la pobreza este año va a subir mínimo un 40 por ciento, que es la tasa de pobreza de hace 10 años”.

Todo esto es sorprendente porque oficialmente hay una vanagloria sobre la macroeconomía. Pero vemos que hay crecimiento de la inflación...

“Bueno, oficialmente se dice que la inflación está en 9.9, que es 10, es decir, una inflación de dos dígitos. Pero hay que ver: el componente de alimentos de la inflación andaba en 17,5 por ciento en agosto, que son records históricos que no se veían desde hace 15 o 20 años. Estas son cifras oficiales, que mucha gente duda que sean representativas de la inflación real, pero aún con las cifras oficiales tenemos records históricos. La inflación de la canasta básica urbana andaba en junio en 25 por ciento, con respecto a junio del año pasado. Probablemente en julio y agosto haya subido más pero no se han publicado las cifras. Supongamos que haya subido el 30 por ciento... los ingresos no han subido el 30 por ciento, entonces ahí tenés una medida de cómo se han disparado las tasas de pobreza”.

Cuando hay crisis en El Salvador hay huída hacia Estados Unidos, pero habiendo crisis también en Estados Unidos, ¿hacia dónde va la gente?

“Bueno, no tenemos datos precisos de los flujos migratorios, sino anécdotas. Mi impresión a partir de evidencias anecdóticas es que se está yendo menos gente hacia Estados Unidos. Probablemente la gente de allá le dice a los de acá que la situación está complicada, no hay empleo, que están ganando menos. Pero no sabemos todavía qué dimensión tiene ese fenómeno. Pero un indicador del empleo y de los flujos migratorios allá son las remesas. Ya en agosto comenzaron a caer...”.

Hay noticias alarmantes en las que se dice que habrá iliquidez o que ya existe en El Salvador...

“Eso es grave, desde el punto de vista macroeconómico. La situación de iliquidez que tiene el gobierno en este momento se refleja, por ejemplo, en cuestiones básicas como el no pagarle el subsidio a las gaseras ni a las distribuidoras de energía. El ministro de Hacienda dice que se va a pagar y el presidente de CEL –compañía de energía- dice que no tiene para pagar el subsidio. Los datos que tenemos nos dicen que lo que el gobierno estaba pagando por subsidios es un dinero que ahora no tiene disponible. Están viendo cómo colocan LETES, pero no ha sido fácil”.

¿Qué significaría eso a mediano o largo plazo?

“Bueno, indica que el gobierno no tiene fondos para terminar esta gestión. Andan desesperados viendo cómo consiguen fondos para poder terminar. Hay que aclarar que el principal contribuyente de esto es el precio del petróleo; el desbalance del gobierno está muy atado a los subsidios y los subsidios están atados al precio del petróleo. La situación no es sencilla: necesita unos 500 millones de dólares para pagar los LETES que van a vencer y otros 500 millones de dólares para pagar subsidios”.

¿Todo esto se pudo haber previsto?

“Creo que lo del precio del petróleo no. Pero el esquema de subsidios que tiene el gobierno de El Salvador está mal diseñado. Al dispararse el petróleo, hizo insostenible los subsidios. Si estos estuvieran focalizados, como deberían estar, aunque se hubiera disparado el petróleo, el impacto fiscal no hubiera sido tan fuerte como ahora”.

¿Cuáles son las posibles soluciones al tema de la iliquidez?

“En el corto plazo sería negociar un acuerdo de préstamo. Tendría que ser un acuerdo bipartidario (requiere de los votos de los diputados de ARENA y del FMLN), para negociar un acuerdo con el BID o el Banco Mundial (BM). Esto implica incrementar el nivel de la deuda y compromisos, que a largo plazo pasaría por el famoso Pacto Fiscal que se necesita”.

¿Qué posibilidades hay de un acuerdo, tomando en cuenta que estamos en campaña electoral?

“Parece un poco difícil, sobre todo porque aparentemente el gobierno está logrando amarrar un financiamiento con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Hace como un mes o mes y medio el BCIE invirtió como entre 200 y 250 millones de dólares en LETES de El Salvador. Parece que ahora el BCIE o a través de un fideicomiso del BCIE compre otra cantidad igual. Eso le daría al gobierno un cierto respiro; sino otra salida sería que coloque los LETES en el mercado doméstico, pero creo que no los quieren comprar. Más bien, buena parte de los LETES que están a punto de vencer, lo que quieren es que les devuelvan el dinero. Entonces, si el gobierno no tuviera la opción del BCIE, tendría más incentivo para negociar con el FMLN, ya que éste estaría más interesado en negociar un acuerdo de refinanciamiento externo, porque ven con más seguridad su triunfo en las elecciones y la mayor parte de ese dinero entraría a la gestión de Mauricio Funes”.

¿Acerca de la gestión del actual, como dejará el presidente Antonio Saca al El Salvador?

“Bueno, empiezo con la tasa de pobreza. La de 2007 fue de 34,6 por ciento, la misma tasa de pobreza con la que entró. Y una de las banderas de la gestión es: ¡Estamos reduciendo la pobreza! Resulta que la situación se le ha revertido porque este año vamos a terminar con una tasa de 40 ó más. Mi opinión personal es que no todo es responsabilidad del gobierno, sino que se le están alineando todos los astros en contra; un poco como a (George W.) Bush, que se le ha venido toda esta crisis encima y se le pasa la factura a quien está en el poder.

Saca también va a entregar un país al borde de la quiebra fiscal (cuando entró la situación no era tan crítica como ahora); va a cerrar con una tasa de crecimiento similar con la que comenzó, cuando ya se observaba cierto crecimiento. Macroeconómicamente el país está muy golpeado con una inflación de dos dígitos. Creo que si el gobierno hubiera asumido una actitud de mayor concertación, para lograr un pacto fiscal, hubiera mitigado esta crisis”.

Esos astros alineados en contra de Saca benefician a la oposición…

“Ciertamente, creo que la situación económica está totalmente a favor de Mauricio Funes (FMLN); puede aprovechar la situación de crisis para presentar una propuesta alternativa de gestión de política económico-social”.